lunes, 11 de octubre de 2010

Liu Xiaobo dedicó su premio Nobel a los mártires de Tiananmen


EL REGIMEN DE PEKÍN, hace caso omiso a las peticiones de medio mundo.


PEKIN. Ni los trenes más rápidos que unen en apenas cuatro horas Pekín y Shenyang, la capital de la provincia de Liaoning en el norte del país, donde está la prisión de Liu Xiaobo, hicieron posible antes el encuentro entre la pareja. Un destino, cuyo segundo caracter, ning, en mandarín curiosamente quiere decir tranquilo y pacífico, dos adjetivos que caracterizan la lucha por la que ha sido premiado el activista chino por la academia noruega de los premios Nobel.

La esposa del disidente y profesor de Literatura tuvo que esperar casi tres días para poder decirle en persona a su marido que era el nuevo premiado con el Nobel de la Paz 2010, un hecho que habían confirmado a lo largo del día, la madre y uno de los cuñados de la poetisa.

Pero, los funcionarios de la prisión de Jinzhou, donde Liu cumple condena por "incitar a la subversión contra el poder del Estado, se habían adelantado a Liu Xia, diciéndole en la jornada del sábado que había obtenido el Nobel de la Paz de 2010

Nada más escuchar la noticia de los labios de su esposa, Liu Xiaobo rompió a llorar, y dijo, que el premio en primer lugar estaba dedicado a las víctimas que, en la noche del 3 al 4 de junio del año 1989, habían perdido su vida por pedir, en la plaza de Tiananmen y sus inmediaciones, democracia y el fin de la corrupción.

El encuentro no se sabe exactamente donde ocurrió, si dentro de la prisión o en otro lugar, así como otros detalles. Pero, Liu Xia confirmó en un mensaje en la plataforma social Twitter, que se encuentra de vuelta en la capital china, donde está bajo arresto domiciliario desde el pasado viernes, misma fecha desde la que su móvil no puede recibir llamadas.

La organización pro Derechos Humanos Freedom Now, en un comunicado hecho público ayer, advirtió de que el Gobierno chino pese a no acusar a Liu Xia de ningún crimen, no le permite abandonar su apartamento, y además, ni sus amigos ni los medios de comunicación pueden entrar en su domicilio.

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